Cuando se habla de embutidos ibéricos, su calidad y sabor excepcionales se deben, en gran parte, a su grasa. Este componente, lejos de ser un simple detalle, es el alma de estos productos, aportando no solo su característica textura y jugosidad, sino también beneficios para nuestra salud.
Un perfil graso único.
La grasa de los embutidos ibéricos, especialmente los provenientes de cerdos criados en libertad y alimentados con bellotas, contiene un alto porcentaje de ácido oleico, el mismo que hace famoso al aceite de oliva. Este tipo de grasa tiene propiedades beneficiosas para el corazón: reduce el colesterol LDL («malo») y aumenta el HDL («bueno»). Además, contiene antioxidantes naturales y vitaminas liposolubles como A, D, y E, esenciales para el sistema inmunológico, los huesos y la piel.
Un deleite para el paladar y el cuerpo.
El proceso de infiltración grasa en los músculos del cerdo ibérico da lugar a una textura marmoleada que intensifica los sabores y aromas. Este tipo de grasa permite que los embutidos se curen lentamente, desarrollando matices únicos que hacen de cada pieza un placer inigualable. Consumida con moderación, no solo es una fuente de energía, sino que también forma parte de una dieta equilibrada.
Salud y tradición en cada bocado.
En los embutidos ibéricos, tradición y nutrición se unen para ofrecer productos que no solo deleitan los sentidos, sino que también cuidan tu bienestar. Cada loncha, rodaja o bocado representa el cuidado artesanal y la calidad de una alimentación natural.
En Ibéricos Pefrán, estamos comprometidos a ofrecer embutidos ibéricos que combinan tradición, salud y sabor inigualable. ¡Descubre por qué somos líderes en calidad!
